miércoles, 11 de mayo de 2011

Marcha ciudadana, ira y esperanza|ANTONIO SOLÍS CALVILLO

- Exasperación puede ser la palabra. Hay también sensación de impotencia. Nos preguntamos cuándo nos toca a nosotros. Y si ya nos tocó, preguntarnos cuándo nos volverá a tocar. Es incertidumbre también. Es pesar; es rabia; es coraje; ira contenida. Y las palabras son asalto, secuestro, asesinato. Pero es también fuerza y alegría por vivir. Es firme esperanza y plena seguridad que la situación actual tiene que cambiar. Que no es destino fatal. 

Ese es el sentido de la marcha del domingo pasado. Sumadas las imágenes de la década anterior y esta que inicia, nos da una panorámica del horror y terror en el país. Antes eran noticias de asesinatos y secuestros “lejanos” y hechos “aislados”. Lo creímos así por causa de los medios de comunicación prostituidos, que muestran la parte rosa de la vida, la parte ligera, la parte de los chistes, de la vida privada de sus artistas, del nacimiento del nuevo oso panda de Chapultepec. 


II.- El trayecto de la marcha fue simbólico: de la estatua El deportista, que se ubica en frente de la zona militar, a la procuraduría de justicia local. Los organizadores ofrecieron pintar las palabras “paz” y “shhht” en las manos. No eran muchos por cierto, apenas alrededor de 200 personas de blanco. El motivo era hacer sentir la fuerza del silencio y se tradujera en un ¡ya basta de sangre!, ¡no más violencia” y ¡¡estamos hasta la madre!!. Al inicio, en el momento de desdoblar la gran manta con la leyenda Marcha nacional; Tabasco por la paz; ¡Estamos hasta la madre!, una de las organizadoras invitó a que esa manta la llevaran los familiares de las víctimas o víctimas ellas mismas. Varias manos se alzaron con el respectivo “yo”, para tomar su lugar. Víctimas de secuestros, de brutales asesinatos, de robos a casa habitación. Y fueron al frente. III.- Las imágenes del horror estaban instaladas ya en nosotros. Era la matanza de Aguasblancas, Guerrero (28 de julio de 2995), y la de Acteal, en Chiapas (22 de diciembre de 1997). Por nombrar sólo algunas entre muchas. Era la forma de gobernar en todos los puntos cardinales, en los que el ciudadano pasaba a tercer término y en el que se utilizaban, con cualquier pretexto, paramilitares contra la población. Y los muertos eran “enemigos”, “opositores”, o “cuatreros” que morían en “pleitos de cantina”, o “pasionales”. Y nos consolábamos: “ah, bueno, pensé que los mataban por estar criticando al gobierno”. Y dormíamos mejor, a pierna suelta, la conciencia adormecida. Era también el tráfico de menores, de migrantes y de mujeres. Eran fraudes electorales como el de 1988 y el del 2006. 


Eran los teletones de televisa en los que se exprimía (exprime) el sentimiento de la gente, cuyas donaciones públicas las utiliza la televisora para subsidiar sus propios impuestos. Era el Norte bronco (Cd. Juárez, Reynosa, Tijuana, mi Matamoros querido) en el que había enfrentamientos cotidianos entre “ladrones oficiales y no oficiales”. Eran los fraudes bancarios y el Fobaproa. Los peculados. Era la resignación en el aceptar y reír (contra uno mismo) con la frase cínica de “el que no tranza no avanza”. Fue así cómo les dejamos las riendas de la banca nacional a los ladrones de cuello blanco con residencias de reyes en fraccionamientos exclusivos, a quienes mirábamos extasiados en las exclusivas páginas de sociales. Y que manejaran con ese enfoque el país. IV.- “¿Quién le invitó a la marcha?” “Un amigo me mandó un mensaje por el mail”. “Yo vi el anuncio en el face”. “Yo en mi tienda invitaba a los clientes. Unos me decían que el domingo no, que es para descansar”. Y poco a poco iban llegando con el ánimo al frente, con la sonrisa de satisfacción, cumpliendo con el deber ciudadano. Este domingo cívico una niña pinta leyendas en la playera de una persona adulta. Un niño orgulloso posa para los fotógrafos con las manos abiertas y en ellas la palabra “paz”. Una ancianita tiene cubierta la boca con gasa y cinta canela. V.- Nos acostumbramos al robo en el gobierno. Les dijimos: “bueno, que robe, pero que haga obra”. Y al escuchar eso, el gobernante en turno sintió tener el permiso ya en el inconsciente colectivo para robarse hasta los sanitarios, el papel higiénico y los lavabos de la presidencia. Tal fue el latrocinio de los funcionarios de manera abierta, de manera cínica. Muchos, la mayoría no relacionan, que ser indiferentes en el robo de una elección constitucional (y muchos que le ayudan vendiendo o comprando votos) lo que hacíamos era dejarle a los futuros gobernantes las arcas municipales, estatales o nacionales, abiertas para el vil y pornográfico saqueo. Luego nos enterábamos de asaltos bancarios, a casa habitación, a escolares al salir de la escuela. Y como no nos tocaba a nosotros ni a gente cercana, no nos importaba. Hasta que nos tocó a nosotros. Recordemos que nos cayó como balde de agua fría el incendio en la guardería ABC de Sonora. Lo mismo nos cayeron las muchas matanzas de jóvenes en discotecas, variando el número de ocho, doce, quince, veinticinco muertos. Y a diario iban siendo asesinadas mujeres en ciudad Juárez. Y luego nos alcanzó la noticia de los migrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas y encontrados en fosas comunes. Y luego otras fosas más en Durango. Y las fosas por descubrir que deben ser muchas. Y no hicimos ni dijimos nada. Reconozcamos, y que no se nos olvide, que televisa y teveazteca nos muestran sucesos en Libia, Irak, Irán, Sri Lanka, los dichos del presidente de Venezuela, la pobreza y antidemocracia en Cuba; la boda de los “ninis” Kate con Guillermo; y la beatificación de Juan Pablo; más sin embargo lo que sucede alrededor de nosotros o bien es ocultado o minimizado y a otra cosa mariposa. VI.- La marcha ciudadana del domingo 8 es todo un acontecimiento. Es parte del despertar ciudadano. Todos callados, se sentía el estruendo del silencio para hacerlo unir a otros silencios de las marchas en otras ciudades, en concordancia con la que iba en ese momento rumbo al zócalo de la ciudad de México; solidarios con todas las miles y miles de víctimas y sus familiares; con Javier Sicilia, poeta doloroso y adolorido. VII.- Aquí en Villahermosa cayó el Doctor Padrón Magaña el 4 de mayo pasado abatido a balazos. Antes acabaron con la vida de Pepe Fuentes Esperón y su familia (7 de septiembre de 2009). Asaltaron tu casa –lector- o la del vecino. Y escuchamos de asaltos en las colonias de la ciudad, de mañana o noche; asaltos en los supermercados y los bancos. Escuchamos de secuestros y la forma como se llevó a cabo y especulamos por el monto del rescate. Y empezamos a sentir temor, miedo, pesadumbre, ira, impotencia. VIII.- Todo lo anterior -y másiba pensando en la marcha del domingo; en mi mente juntaba todas esas piezas del rompecabezas nacional mientras miraba rostros con la expresión de pesadumbre y esperanza. Rostros que han llorado y que son valientes, aún algunos con las gafas negras y sombreros hundidos. Pero allí estaban sumando su uno a los unos que iban junto con ellos. Terminó la marcha con una lectura frente a la PGJ sobre las razones de por qué estamos hasta la madre del derramamiento de sangre. De allí se dispersaron todos a seguir la diaria vida con una mirada distinta, esperanzadora de que sean más, cientos y miles de más, quienes en Tabasco levanten la voz o el silencio. Más que caminen. Más que abran los ojos. En todas partes, en todos los lugares, en todas las clases sociales, en todos los templos, en todas las escuelas, en todos los barrios, en los suburbios y zonas residenciales. Esa es la esperanza. 

2 comentarios:

  1. Me encantó leerte Antonio! Creo que eres voz de muchos de nosotros que no tenemos la gracia para escribir como tú lo haces. Juntos vamos a transformar Tabasco, vamos a darle voz a la ciudadanía, vamos a demandar a todo tabasqueño para que trabaje, y lo haga con gusto; y a nuestras autoridades que también trabajen, sobre todo ellos, por que la ciudadanía es primero. Basta de quedarnos callados, que nuestro silencio se haga estruendo. Somos más y seremos más. Ánimo firme y sigamos adelante!

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  2. Gratas tus palabras, Elvirits; gracias, seguimos adelante.

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